miércoles, 10 de agosto de 2016

FLOR DE UN DÍA.

Imagina con desmesura, construye con sosiego, madura con intimidad, escribe con maestría y comparte con discreción.
Porque el que imagina con pretensiones, construye con impaciencia, madura con ligereza, escribe con desmesura y comparte con ambición; inventa historias vacías, con emociones huecas que no se anudan bien, que no se agarran al alma ni manchan la piel, ni expanden lo visible ni nombran sin nombrar lo invisible, ni calan lo seco ni agitan lo fèrreo. Nacen huèrfanas de asombro y talento, y mueren ahogadas en ellas mismas. Como flores arrancadas de la tierra que agonizan en un jarrón. Decoran, sí, pero ya están muertas.