jueves, 11 de agosto de 2016

¿HABLAMOS DE CULTURA? HABLEMOS.

La cultura como insurrección, como impugnación frente a valores dominantes, como mecanismo de transformación, como innovación social, como ejercicio de educación y sensibilización encaminados a crear espacios de eclosión y acción necesarios para mitigar la desigualdad de oportunidades.
La cultura como punto de encuentro y reflexión lejos de prácticas que la empoderen como una estrategia de posicionamiento social.
La cultura como un espacio complejo y diverso imposible de envasar y servir en cómodas dosis.
La cultura interpela, llama al debate; dialoga. Transforma la duda sin generar certezas; no es su fin. No hay dogma. Su naturaleza está sujeta a una creatividad y pluralidad ajena al individualismo y el inmovilismo. Produce estrategias de transformación interna y también colectiva. No adoctrina; muestra, enseña, desnuda, ilumina, zarandea, asombra, acoge y recoge.
La cultura como una forma de abrazo y no de exilio.
Se trata de eso.
De eso, y de practicarlo también.