martes, 27 de abril de 2010

DEMASIADAS PRIMAVERAS (LA SIRENA DORMIDA)


El hueco de tu cuerpo,
el hueco hueco de tu cuerpo,
lleva a mi lado doce primaveras.
Enredado en mis pasos,
arrastrado por esta ciudad que ahora es bella
porque me devuelve recuerdos.
Camino sin rumbo por Murcia
sintiendo su invierno huérfano de frío
su otoño breve.
Aquí soy yo.
Yo sin ti.
Tu eres algo sencillo y suave:
el hueco hueco de mis pasos firmes.

Ni salitre en la piel,
ni arena en los pies,
ni aquel maldito mar intoxicándonos el alma;
llevándonos a lo hondo
donde azul es pureza,
casi luz.
Me gusta pasear y perder la tarde
lustrando el asfalto, los adoquines y las baldosas.
Mirando sin ver los ojos obscenos que espían, desde sus balcones,
la vida en la galería.
Ya no siento estas calles como la cruel cárcel
que nos devoró otro tiempo
cuando moríamos por huir al ladito del mar;
nuestro trozico de mar.
Encuentros,
desencuentros,
la ola que viene y luego se va.

El hueco hueco de tu cuerpo.
Es estrecho,
hondo,
denso.
Una colección agotadora
de primaveras.

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